La publicación Journal of Manipulative and Physiology Therapeutics (JMPT) publicó en octubre de 2004 un estudio acerca de un niño de 5 años al que se le había diagnosticado hiperactividad a los 2 años. El pediatra le prescribió metilfenidato (Rubifen®), Adderall y Haldol durante 3 años. Pero la combinación de medicamentos fue infructuosa para el niño.
A los 5 años, visitó a un quiropráctico para ver si le podía ayudar. La madre explicó las complicaciones que se habían producido durante el parto, debido a las cuales el niño tuvo que estar 4 días en la unidad de cuidados intensivos neonatales. La madre no informó de ningún trauma posterior.
El examen quiropráctico y las radiografías revelaron una deformación significativa o desalineación de la columna, con curva cervical inversa, indicativa de subluxaciones. Se inició el cuidado quiropráctico y se observó y controló la evolución del niño.
Según su madre, se notaron cambios positivos en el comportamiento general del niño a partir de la doceava visita aproximadamente. Después de 27 visitas el paciente había mejorado muchísimo.
Durante su siguiente visita al médico la madre cuestionó el uso de Rubifen®. El médico revisó y examinó al niño y, basándose en dicha evaluación y en su experiencia clínica, decidió que el niño ya no manifestaba los síntomas asociados con la hiperactividad. Entonces le retiró la medicación que había estado tomando durante 3 años.