Cuando empezamos con el cuidado quiropráctico, estamos impacientes por notar los resultados, pero en algunos casos los primeros síntomas son dolor, molestias... Todo esto tiene una explicación que es importante que tengas en cuenta: se está restableciendo una comunicación entre el cerebro y el cuerpo que hasta ahora estaba perdida, y necesitas adaptarte a este cambio.
Queremos ponerte un ejemplo que quizás te haga entenderlo mejor. Cuando empezamos a hacer deporte, normalmente al principio tenemos agujetas, sin embargo, sabem os que es natural, que son mo lestias de un proceso de adaptación. Con el cuidado quiropráctico pasa algo parecido, sentir dolor o molestia no significa que nos esté perjudicando y debamos abandonar, no nos debemos guiar por los síntomas.