Una subluxación vertebral se da cuando una o más vértebras espinales pierden su alineación. Ello produce una interferencia en la médula espinal o los nervios espinales que se encuentran ahí y afecta directamente al sistema nervioso y posiblemente las áreas del cuerpo relacionadas y que están controladas por el sistema nervioso.
La Subluxación y tu Salud
El propósito del sistema nervioso es de controlar y coordinar las funciones de cada sistema, órgano, tejido y célula del cuerpo, a fin de mantener en un 100% el estado de salud y bienestar. Al sistema nervioso también corresponde enviar mensajes desde y hacia el cerebro, manteniendo una comunicación abierta entre el "jefe" (el cerebro) y todos los esforzados trabajadores (células, sistemas, tejidos, etc.) del cuerpo.
Una subluxación puede alterar o impedir el flujo normal de impulsos nerviosos desde el cerebro al resto del cuerpo. Con el tiempo, la subluxación vertebral puede causar "malestar" o enfermedad, debido a que impide que el cuerpo y sus sistemas (digestivo, inmunológico, respiratorio, etc.) puedan desempeñar su función a su máximo potencial.
Los Quiroprácticos corrigen las subluxaciones vertebrales al aplicar una fuerza segura, efectiva y específica, conocido como "ajuste quiropráctico." Una vez que la subluxación ha sido corregida, el sistema nervioso del paciente mejorará, lo que le permitirá comenzar ¡una mejor calidad de vida y de salud!
Estudios de Abraham Towbin
El fundador de la Quiropráctica, Dr. Daniel David Palmer, decía que: "la causa de todas las enfermedades es el desplazamiento de estructuras anatómicas" y más precisamente definía la subluxación vertebral como "Un hueso fuera de su sitio interfiriendo con los impulsos nerviosos del cerebro hasta el resto del cuerpo impidiendo así el buen funcionamiento de los órganos y limitando las capacidades del cuerpo a adaptarse y a curarse."
La subluxación vertebral fue y sigue siendo el objeto de muchas investigaciones. Sabemos ahora que la primera subluxación que experimenta un ser humano es la más importante y ocurre generalmente al nacer afectando a más del 90% de la población. Desde nuestro primer respiro la energía vital que fluye desde nuestro cerebro hasta la parte inferior y a lo largo de la cuerda de la espina dorsal se ve interrumpida por la subluxación vertebral causada por procedimientos forzados al momento de nacer.
Abraham Towbin, M.D., un patólogo de la Universidad de Boston llevó a cabo un estudio sobre heridas del tallo cerebral encontrando que después de las autopsias de recién nacidos muertos sin explicación. 7 de 8 bebés murieron por una herida en la médula espinal. Las heridas que causan supresión de las funciones de la cuerda vital llevan a una parálisis en el sistema de soporte de vida y eventualmente a la muerte.
Este daño a la médula espinal es el resultado directo de la presión y fuerza aplicada a las cabezas y los cuellos de los recién nacidos por parte de los obstetras que usan sus manos o fórceps los cuales tiran del recién nacido desde adentro de su madre. La gran cantidad de fuerza aplicada a la delicada estructura de la médula espinal del bebé causa hemorragias, fracturas y subluxaciones de la espina cervical que con el tiempo producen presión en la médula espinal y el tallo cerebral cortando totalmente o parcialmente esta energía vital.
¡Este tipo de daño provoca muerte instantánea o muerte varias semanas después, debilidad y algunas veces no se presenta ningún síntoma sino hasta años más tarde!
Los estudios realizados por el Dr. Towbin son un aviso importante a los padres para que entiendan que el nacimiento es un proceso naturalmente espontáneo.
Los resultados de los estudios del Dr. Towbin encontraron que todos los infantes nacidos bajo estas condiciones anormales (más del 90% formamos parte de ese grupo) pueden dividirse en tres grupos:
- Los que mueren al nacer o unas semanas después. Estos recién nacidos muestran una médula espinal tan destrozada que sus cuerpecitos nunca tuvieron la oportunidad de funcionar y no duraron vivos más que unos minutos.
- Aquellos que están severamente limitados para funcionar normalmente por problemas como parapléjia temporal o permanente, parálisis del diafragma (no pueden respirar por sí mismos), daño del nervio craneal que causa parálisis facial, sordera, ceguera, parálisis cerebral, daño mínimo cerebral, epilepsia u otros desórdenes del sistema nervioso.
- Y por último, aquellos que en principio no muestran ningún síntoma de haber sufrido ninguna lesión durante el nacimiento, pero que años después puede salir a la superficie en forma de diferentes síntomas.
Nuestra sociedad puede entrar en este último grupo. Por ello, es muy importante ser consciente del estado de nuestra salud en vez de esperar a que los síntomas se desarrollen creando toda clase de enfermedades.
La quiropráctica juega un papel muy importante en el cuidado de la salud en nuestra sociedad, sobre todo en lo referente a prevención y eliminación de la causa de la enfermedad y no en el tratamiento de los síntomas.
Quizá lo entendamos más fácilmente con este gráfico ejemplo: cuando nuestra casa arde en llamas y la alarma de incendios salta, sabemos que no es suficiente con apagar la alarma para solucionar la situación. Es necesario extinguir el fuego. Igualmente, cuando enfermamos no debemos tratar los síntomas (alarma) sino corregir el origen del problema (apagar el fuego).