Para la mayoría de las personas, la digestión es un proceso natural que damos por sentado. Sin embargo, hay millones de personas que no son tan afortunadas. Cuando el proceso digestivo se complica, puede tener como consecuencia varios trastornos digestivos, que llegan a interferir en cualquier aspecto de nuestras vidas.
A pesar de que la lista de trastornos digestivos es larga y variada, los más comunes son los cólicos, el reflujo ácido, estreñimiento, síndrome del colon irritable y la enfermedad de Crohn. Un componente común en varios de ellos es que pueden estar relacionados con un Sistema Nervioso mal sincronizado.
Cada sección del tracto gastrointestinal es propensa a un trastorno único y específico, algunos son simplemente molestos como la acidez, mientras que otros pueden ser dolorosos e incluso debilitantes con síntomas tales como: calambres, hinchazón, diarreas, estreñimiento o sangrado. Si la condición persiste, puede minar la salud y bienestar general del afectado, y en algunos casos, amenazar su vida.
Tratamientos médicos
Varios afectados intentan tratar sus síntomas con fármacos que no requieren de receta médica. Si esto falla, se les suele prescribir fármacos con receta o esteroides. Como último recurso, puede recomendarse la cirugía para reparar o eliminar cierta sección del tracto digestivo. Sin embargo, el Vademécum revela que los fármacos usados para tratar los trastornos digestivos pueden tener efectos secundarios potencialmente peligrosos. Algunos pueden incluso causar mayores problemas digestivos.
Trastornos digestivos y el tallo encefálico
Tanto la investigación científica como la evidencia clínica continúan sugiriendo que un Sistema Nervioso que funciona mal puede ser un factor clave en el desarrollo de varios trastornos digestivos.
Una gran parte del sistema digestivo se controla directamente desde el tallo encefálico a través del nervio vago o neumogástrico. El tallo encefálico es el centro desde donde se dirigen varias funciones vitales, incluyendo la digestión, y se encuentra en la parte superior de la columna vertebral. Su funcionamiento se asemeja mucho al de una línea de teléfono con miles de cables individuales o fibras nerviosas, que mandan y reciben señales desde el cerebro y tallo cerebral a todas las células, órganos y sistemas del cuerpo.
Un alineamiento indebido de la columna cervical superior (cuello) puede interferir en las funciones del tallo cerebral, lo que puede ser un factor crítico en varios problemas de salud, incluyendo los trastornos digestivos. Estas alineaciones indebidas pueden ser iniciadas por varios factores: choques, caídas, lesiones deportivas, accidentes de coche, traumatismos en el parto, estrés emocional, etc. La aparición de problemas de salud puede ser inmediata o tardar años.
A pesar de que el quiropráctico especializado en las cervicales superiores Juan Alonso no “trata” los trastornos digestivos directamente, muchos pacientes responden a su cuidado al reducirse la irritación o lesiones al nervio que alimenta el tracto gastrointestinal y/o el sistema inmunológico.
¡Recupera tu vida!
La importancia de la alineación superior cervical en la salud y la recuperación
Los dos primeros huesos de la columna vertebral (atlas y axis) protegen el Tallo Cerebral. Son los dos segmentos (huesos) más susceptibles a desalinearse.
El tallo cerebral controla las funciones vitales del cuerpo: cardiovascular, respiración, centros vasomotores (tensión arterial), etc.
En el caso de que los primeros huesos estén desalineados y pongan presión sobre el tallo cerebral las funciones vitales del cuerpo se comprometen, con lo que la salud de la persona disminuye.
Los mensajes de vida al cuerpo se estrangulan creando menos vitalidad y más susceptibilidad a la enfermedad.
Gracias al escáner que se realiza en cada visita se determina la existencia o la ausencia de interferencias en el tallo cerebral.
Las radiografías específicas nos dan el detalle de qué segmento está desalineado y en qué dirección.
El quiropráctico corrige de forma específica la desalineación cuando es necesario, restaurando así la vitalidad y la capacidad autocurativa del individuo (ajuste específico vertebral).