La limpieza hepática y de la vesícula

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La limpieza hepática y de la vesícula

Es probable que estas últimas semanas hayamos comido más de la cuenta. Habremos abusado del vino, cava, bombones, turrón etc. Y de esta manera castigamos el hígado. Los excesos ineludibles asociados con las fiestas afectan mucho a la salud. Y de vez en cuando hay que darle un reposo. Así que os recomendamos "La limpieza hepática y de la vesícula" por Andreas Moritz, Ediciones Obelisco (ver el cuadro).

 

¿Por qué debería hacer una limpieza de hígado?

Poca gente sabe cómo limpiar el hígado. La mayoría lo tenemos lleno de sedimentos que dificultan su trabajo sin nosotros saberlo. Echamos la culpa al estómago, intestino etc., pero en la raíz de muchas patologías está el silencioso hígado. ¡El hígado es el gran olvidado! O el gran desconocido, pues sin manifestarse en los análisis puede estar en insuficiencia.

El hígado repercute en todo. Tener el hígado obstruido con sedimentos se asemeja a un coche al que nunca le has hecho el mantenimiento del filtro de aceite, aire, etc. Anda a trompicones y consume mucho. Hasta que se para, porque no puede más. En este aspecto el cuerpo se parece a un vehículo, pues si el filtro está muy sucio, la circulación sanguínea y linfática se ven afectadas, se acumulan depósitos que no han podido ser filtrados por todos lados produciendo una variedad importante de desórdenes.

Por otra parte, esa sobrecarga o congestión obliga a realizar un mayor esfuerzo al corazón. Lo obliga a succionar con más fuerza desde la vena cava procedente del hígado. El hígado se comporta como una esponja que recibe, filtra y da sangre, pero cuando está muy sucia no drena bien, por lo que la sangre no fluye con facilidad a través suyo y los cientos de funciones hepáticas se deterioran progresivamente.

Los residuos de los que no es capaz de hacerse cargo el hígado se van acumulando por el cuerpo, donde menos molesten. Esto provoca el deterioro del sistema linfático.

Todo es por la intoxicación, generalmente debido a un hígado que no filtra, o lo hace muy poco y mal. Pero como éste ¡¡no se queja!! , vigila tu hígado, pues al igual que a tu coche, hay que darle una limpieza y un mantenimiento. Eso es precisamente la limpieza hepática.

Prueba esta cura tan sencilla y natural y comprobarás su eficacia. Asegúrate primero de conocer bien la mecánica y el protocolo. Lee el libro con detenimiento. Tu organismo te lo agradecerá con una mayor calidad de vida. Evitarás también sufrimientos futuros.

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